
Embarazo y nutrición: Ernährung in der Schwangerschaft — ¿Qué está permitido y qué está prohibido?
El embarazo despierta una mezcla de emoción, expectativas y una buena dosis de preguntas sobre lo que se puede comer y lo que conviene evitar. Desde el primer latido hasta las últimas pataditas, lo que comes no solo te alimenta a ti, sino que contribuye al crecimiento y desarrollo del bebé. Si te has encontrado mirando la etiqueta de cada alimento o preguntándote si ese antojo es “permitido” o “tabú”, este artículo es para ti. Hablaremos con calma, sin tecnicismos innecesarios, y te daremos herramientas prácticas para que comas con confianza y placer durante esos meses tan especiales.
Por qué importa tanto la alimentación durante el embarazo

Comer bien en el embarazo no se reduce solo a ganar o no ganar peso; es una inversión directa en la salud del bebé. Los nutrientes que consumes ayudan a formar órganos, sistema nervioso y reservas que sostendrán los primeros meses de vida fuera del útero. Además, una dieta adecuada reduce riesgos como anemia, desnutrición o complicaciones que pueden afectar tanto a la madre como al feto. Sentir náuseas, antojos o aversión a ciertos alimentos es parte del proceso hormonal, pero con información clara puedes adaptar tu alimentación para cubrir necesidades clave sin renunciar al disfrute.
También es importante porque el cuerpo de la gestante cambia: aumentan las necesidades de energía y ciertos micronutrientes (ácido fólico, hierro, calcio, yodo, vitamina D, DHA, entre otros). Estas necesidades no implican comer por dos en cantidad, sino comer mejor, priorizando alimentos densos en nutrientes. Por último, la experiencia de comer durante el embarazo puede marcar hábitos para la vida familiar: lo que aprendas ahora puede convertirse en la base de la alimentación del bebé cuando empiece a introducir sólidos.
Nutrientes clave: qué necesitas y por qué
Durante el embarazo hay algunos nutrientes que merecen especial atención porque están directamente relacionados con defectos del tubo neural, desarrollo cerebral, formación de huesos y prevención de anemia. El ácido fólico o folato es famoso por prevenir defectos del tubo neural; por eso se recomienda una suplementación antes y durante las primeras semanas del embarazo. El hierro ayuda a producir la sangre adicional que necesitas y a prevenir la anemia. El calcio y la vitamina D son esenciales para los huesos del bebé y para mantener tu propio esqueleto. El yodo es clave para la función tiroidea y el desarrollo neurológico, y los ácidos grasos omega-3 (especialmente DHA) apoyan el desarrollo cerebral y visual.
Todas estas recomendaciones deben discutirse con tu profesional de salud, pero aquí tienes una tabla resumen orientativa que te ayudará a visualizar cada nutriente y fuentes alimentarias útiles.
| Nutriente | Por qué es importante | Fuentes alimentarias | Notas prácticas |
|---|---|---|---|
| Ácido fólico (folato) | Previene defectos del tubo neural | Verduras de hoja verde, legumbres, cítricos, cereales fortificados | Suplemento recomendado: 400–800 µg antes y durante el embarazo (consultar con profesional) |
| Hierro | Previene la anemia y mantiene el transporte de oxígeno | Carnes magras, legumbres, espinacas, cereales fortificados | Tomar con vitamina C mejora su absorción; evitar tomar con té o café |
| Calcio | Desarrollo de huesos y dientes | Leche y derivados pasteurizados, tofu, almendras, verduras verdes | Si consumes pocas fuentes, considerar suplementación |
| Vitamina D | Ayuda a absorber calcio, importante para huesos | Exposición solar, pescados grasos, huevos, lácteos fortificados | Muchas personas requieren suplemento, sobre todo en zonas con poca luz |
| Yodo | Función tiroidea y desarrollo neurológico | Sal yodada, pescados, mariscos, productos lácteos | Evitar exceso; seguir recomendaciones médicas |
| DHA (omega-3) | Desarrollo cerebral y ocular del feto | Pescados grasos bajos en mercurio (salmón, sardina), suplementos de algas | Consultar dosis; preferir fuentes bajas en mercurio |
Alimentos que conviene incluir regularmente
Cuando hablamos de “comer bien” en el embarazo, estamos hablando de variedad y calidad. Incluye diariamente frutas y verduras variadas para fibra, vitaminas y minerales; proteínas de buena calidad (carne magra, pescado, huevos, legumbres, tofu) para crecimiento y reparación; cereales integrales para energía sostenida; y grasas saludables (aceite de oliva, aguacate, frutos secos) para funciones celulares y absorción de vitaminas. Mantener una hidratación adecuada también es fundamental: beber agua, caldos o infusiones sin cafeína ayuda a la circulación y al volumen sanguíneo.
Una lista práctica de alimentos útiles:
- Verduras de hoja verde (espinaca, acelga) y vegetales de colores (zanahoria, pimiento)
- Frutas variadas: cítricos, bayas, melón, manzana
- Legumbres: lentejas, garbanzos, frijoles
- Proteínas magras: pollo bien cocido, pavo, cortes magros de res
- Pescados grasos con bajo contenido de mercurio: salmón, sardinas, caballa (con moderación)
- Huevos bien cocidos
- Lácteos pasteurizados: yogur natural, leche, quesos pasteurizados
- Frutos secos y semillas (almendras, nueces, semillas de chía) en porciones moderadas
- Cereales integrales: avena, arroz integral, pan integral
Comer pequeñas porciones frecuentes puede ayudar a las náuseas del primer trimestre y mantener niveles de energía estables. Las preparaciones simples y caseras, con condimentos suaves, suelen ser mejor toleradas que comidas muy grasosas o picantes.
Alimentos y prácticas que sí o sí debes evitar
Hay alimentos y prácticas que aumentan el riesgo de infecciones (listeriosis, salmonelosis), intoxicación por metales (como el mercurio) o exposición a vitaminas en exceso (ejemplo: vitamina A en forma de retinol en hígado). Entre los elementos «tabú» están el alcohol y el consumo de drogas recreativas; su relación con malformaciones, bajo peso al nacer y problemas de desarrollo es clara, por lo que la recomendación es la abstinencia completa durante el embarazo.
A continuación tienes una lista clara de lo que conviene evitar:
- Alcohol: no existe una cantidad segura demostrada; evitar totalmente.
- Pescados con alto contenido en mercurio: pez espada, tiburón, marlín, atún rojo en exceso.
- Productos lácteos no pasteurizados y quesos blandos no pasteurizados: riesgo de listeria.
- Embutidos y fiambres crudos o no calentados adecuadamente: pueden contener listeria.
- Huevos crudos o poco cocidos y preparaciones que los contengan crudos (salsas caseras tipo mayonesa no pasteurizada, tiramisú casero).
- Hígado y patés en exceso: alto contenido en vitamina A preformada (retinol), que en exceso es teratógeno.
- Brotes crudos (alfalfa, brotes de soja crudos): riesgo de bacterias.
- Té y suplementos de hierbas sin aval científico; algunos pueden ser contraindiciados.
- Exceso de cafeína: mantener por debajo de 200 mg/día (consulta médica para personalizar).
Evitar estos alimentos reduce riesgos específicos. Por ejemplo, la listeriosis es rara pero puede ser grave para el feto, y la exposición al mercurio puede afectar el desarrollo del sistema nervioso.
El alcohol: ninguna cantidad es segura
Si te estás preguntando por un sorbo ocasional, la recomendación internacional de la mayoría de sociedades médicas es sencilla: no beber. El alcohol atraviesa la placenta y el feto no metaboliza el alcohol como un adulto, por lo que incluso cantidades moderadas pueden incrementar el riesgo de trastornos del espectro alcohólico fetal. Optar por bebidas sin alcohol o cócteles sin alcohol es la alternativa más segura y socialmente aceptable.
Cafeína: moderación y sentido común
La cafeína atraviesa la placenta y puede acumularse en el feto. La mayoría de las guías recomienda limitarla a aproximadamente 200 mg al día (equivalente a una taza grande de café filtrado), aunque hay variaciones según el país y la institución. Ten en cuenta que la cafeína está presente no solo en el café, sino en el té, bebidas energéticas, refrescos y chocolate. Si sueles consumir mucha cafeína, reduce progresivamente para evitar dolores de cabeza.
Seguridad alimentaria e higiene: pequeños cuidados, gran impacto
La seguridad alimentaria está entre los aspectos más prácticos y fáciles de mejorar. Cocinar alimentos a temperatura adecuada, evitar la contaminación cruzada (usar tablas separadas para carne y vegetales), lavar bien frutas y verduras y asegurar que los huevos y carnes estén bien cocidos son acciones que reducen riesgos. También es importante evitar el pescado crudo (sushi, sashimi) y mariscos crudos, a menos que formen parte de productos procesados y certificados que garanticen seguridad.
Aquí tienes una lista de prácticas higiénicas recomendadas:
- Lava tus manos antes de cocinar y después de manipular carnes crudas.
- Mantén la cocina limpia y desinfecta superficies que hayan estado en contacto con alimentos crudos.
- Cocina carnes y huevos hasta que estén bien hechos (temperatura interna segura).
- Refrigera alimentos perecederos rápidamente y evita consumir alimentos fuera de la cadena de frío prolongadamente.
- Lava frutas y verduras con agua potable y, si es posible, pélalas cuando tengas dudas.
Si viajas a lugares donde las condiciones sanitarias son inciertas, prefiere agua embotellada y evita ensaladas crudas o alimentos de puestos callejeros con higiene dudosa.
Suplementos: cuándo son útiles y cuándo evitarlos
Los suplementos pueden ser aliados importantes, sobre todo cuando la dieta no cubre todas las necesidades. El ácido fólico y la yodación son ejemplos clásicos de suplementos útiles. Muchas gestantes también requieren hierro suplementario debido al mayor volumen sanguíneo y a las pérdidas menstruales previas. La vitamina D y, en algunos casos, omega-3 (DHA) son suplementos que se recomiendan según circunstancias personales, como ausencia de exposición solar o dietas vegetarianas.
Sin embargo, no todos los suplementos son necesarios y algunos pueden ser dañinos en exceso (por ejemplo, altas dosis de vitamina A en forma de retinol). Por eso:
- Consulta siempre con tu obstetra o matrona antes de empezar cualquier suplemento.
- Prefiere complejos prenatales que incluyan ácido fólico, hierro y otras vitaminas en dosis apropiadas.
- Si eres vegana o vegetariana, valora la suplementación con B12 y DHA a base de algas.
- No tomes suplementos herbolarios sin consultar; algunos pueden inducir contracciones o afectar al bebé.
Suplementación típica (orientativa)
A modo de orientación general, muchas gestantes toman:
| Suplemento | Uso común | Nota |
|---|---|---|
| Ácido fólico | Prevención defectos del tubo neural | 400–800 µg diarios previo y durante primeras semanas; personalizar según riesgo |
| Hierro | Prevención/tratamiento de anemia | La dosis depende de niveles sanguíneos; puede causar estreñimiento |
| Vitamina D | Salud ósea y absorción de calcio | Dosis varían; muchas veces se suplementa en 400–2000 UI, según necesidad |
| DHA (omega-3) | Desarrollo cerebral | Fuentes: pescado o algas; consultar dosis segura |
Mitos y verdades: separando lo que funciona de las creencias populares
En el embarazo abundan mitos —desde que hay que “comer por dos” hasta que ciertos alimentos curan las náuseas— y algunos pueden llevar a ansiedad o decisiones innecesarias. Comer por dos no significa duplicar calorías; en la mayoría de los casos, durante el primer trimestre no hay aumento calórico significativo, y en el segundo y tercer trimestre se requieren unas 200–500 kcal adicionales al día, dependiendo de tu peso y actividad. Otro mito es que las fresas provocan aborto; no hay evidencia que lo respalde. Lo importante es la higiene: lavar frutas y evitar productos no pasteurizados.
También circulan remedios caseros para las náuseas (jengibre, galletas secas) que pueden ayudar, y otros que no son aconsejables (algunas infusiones herbales sin estudio). Si te sientes abrumada por consejos contradictorios, recuerda que tu matrona, ginecólogo o nutricionista especializado son las fuentes más seguras.
Plan de comidas ejemplo: ideas fáciles y equilibradas
A continuación encontrarás ejemplos de comidas para un día equilibrado que te pueden servir de guía y que puedes adaptar a tus gustos y necesidades. La idea es incluir proteínas, carbohidratos complejos, grasas saludables y muchas verduras o frutas.
| Momento | Ejemplo de menú | Por qué funciona |
|---|---|---|
| Desayuno | Avena con leche (o bebida vegetal fortificada), plátano en rodajas y un puñado de nueces | Fibra, calcio, hierro (si avena fortificada) y grasas saludables para energía sostenida |
| Media mañana | Yogur natural pasteurizado con frutos rojos | Proteína y probióticos, antioxidantes de las frutas |
| Almuerzo | Ensalada templada de lentejas con espinacas, tomates, zanahoria y filete de salmón al horno | Hierro y proteína vegetal, DHA del salmón, vitaminas y fibra |
| Merienda | Rodajas de manzana con crema de almendras | Fibra, grasas saludables, saciedad |
| Cena | Pechuga de pollo al horno con quinoa y brócoli al vapor | Proteína magra, carbohidratos complejos, calcio y vitaminas |
| Antes de dormir (si hace falta) | Un vaso de leche o bebida vegetal fortificada | Fuente de calcio y calma |
Adaptaciones según situaciones específicas

Cada embarazo es único. Si eres vegetariana o vegana, puede ser necesario planificar con más cuidado para asegurar aporte de hierro, B12, proteínas y DHA (suplemento de algas). Si sufres de diabetes gestacional, tendrás que ajustar carbohidratos y hacer seguimiento médico. En caso de náuseas intensas (hiperemesis gravídica) puede requerirse tratamiento médico y soporte nutricional. Si tienes alergias alimentarias, debes sustituir fuentes de nutrientes adecuadamente.
Para estas situaciones es recomendable trabajar con un profesional en nutrición que pueda adaptar las necesidades energéticas y de micronutrientes a tu contexto personal, ajustando suplementación y estableciendo un plan alimentario factible y seguro.
Náuseas y vómitos: estrategias prácticas
Las náuseas son comunes en el primer trimestre y pueden mejorar con medidas sencillas: comer galletas saladas al levantarte, evitar olores fuertes, comer pequeñas porciones frecuentes, jengibre en té o galletas de jengibre, y mantener hidratación. Si las náuseas impiden mantener alimentos o líquidos, consulta de inmediato con tu médico para valorar tratamiento o hidratación intravenosa si es necesaria.
Ganancia de peso: ¿cuánto es “normal”?
La ganancia de peso recomendada depende de tu índice de masa corporal (IMC) previo al embarazo. No hay una cifra única para todas; por ejemplo, mujeres con bajo peso necesitan ganar más que mujeres con sobrepeso pregestacional. Más que obsesionarse con la balanza, lo ideal es seguir las indicaciones de tu profesional y priorizar una alimentación nutritiva y actividad física segura.
Preguntas frecuentes que escucho en consulta
En mi experiencia, estas son las preguntas que más se repiten y las respuestas prácticas:
- ¿Puedo comer sushi? Evita pescado crudo. Los rollos cocidos y sushi con pescado cocido o vegetales son opciones más seguras.
- ¿Y el queso feta o brie? Evita quesos blandos si no están claramente pasteurizados; los quesos duros suelen ser seguros.
- ¿Puedo comer atún enlatado? Sí, con moderación; favorece el atún claro en lugar del atún blanco (albacora) por menor mercurio.
- ¿Las aceitunas y encurtidos? Sí, como parte de una dieta variada, pero cuida la sal añadida.
- ¿Necesito suplementos si como bien? A menudo sí (ácido fólico inicialmente, y a veces hierro o vitamina D), pero se debe personalizar.
Si surge una duda concreta, anota la situación (qué comiste, cuánto, y cómo te sientes) y consúltala con tu profesional de salud para una respuesta individualizada.
Cómo planificar compras y cocinar de forma segura y nutritiva
Organizar la cocina y la lista de compras facilita comer bien. Prioriza frutas y verduras de temporada, proteínas seguras, lácteos pasteurizados y cereales integrales. Evita comprar productos con fecha de caducidad muy corta si no los vas a consumir pronto, y no prepares grandes cantidades de alimentos perecederos que queden varios días sin refrigeração adecuada.
Consejos prácticos:
- Planifica menús semanales para evitar decisiones impulsivas.
- Congela porciones si cocinas de más y descágelas adecuadamente antes de consumir.
- Usa termómetro de cocina para asegurarte que las carnes alcanzan la temperatura segura.
- Etiqueta envases con fecha de preparación para no consumir alimentos vencidos sin darte cuenta.
Apoyo emocional y vínculo con la alimentación
La alimentación en el embarazo no es solo nutrición: también es experiencia sensorial, emocional y social. Mantener una relación positiva con la comida ayuda a disfrutar del embarazo y a crear recuerdos agradables. Si sientes ansiedad con la comida, culpa por antojos o trastornos en la alimentación, pide ayuda profesional. La salud mental influye en la nutrición y viceversa; un equipo que incluya nutricionista, obstetra y, si es necesario, psicólogo puede ofrecer apoyo integral.
Compartir comidas con seres queridos, probar recetas nuevas adaptadas a tus necesidades y celebrar pequeños logros (como tolerar un alimento que antes te daba náuseas) contribuyen a una vivencia más placentera del embarazo.
Recapitulando lo esencial
En resumen: prioriza una dieta variada y balanceada, rica en verduras, frutas, proteínas seguras y cereales integrales; evita alcohol, pescados con alto mercurio, alimentos crudos o no pasteurizados y el exceso de suplementos sin supervisión; mantén higiene alimentaria estricta; y consulta con tu equipo de salud para personalizar suplementos y recomendaciones. Con información práctica y apoyo profesional, comer durante el embarazo puede ser una experiencia segura y gratificante.
Conclusión

La alimentación en el embarazo es una oportunidad para nutrir a dos de forma consciente y segura; no se trata de prohibiciones extremas sino de elegir con información: prioriza alimentos ricos en ácido fólico, hierro, calcio, vitamina D, yodo y DHA, evita alcohol, pescados y productos no pasteurizados que aumenten riesgos, mantén una higiene estricta al manipular y cocinar alimentos, utiliza suplementos solo cuando te lo indique tu profesional de salud y adapta tu dieta a tus circunstancias personales —y recuerda que cada embarazo es único, por lo que el mejor plan es el que se diseña contigo y tu equipo médico para garantizar salud y bienestar tanto para ti como para tu bebé.
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